Seguidores

lunes, 20 de febrero de 2012

Reinventarse una y otra vez para no agotar tu existencia

Las cosas no son eternas y con el paso del tiempo en mayor o menor medida al final todo acaba cambiando, en ese momento resuena la típica frase de: Nada es para siempre...
Las cosas pueden cambiar a mejor o a peor, en muchos casos tu propia influencia y tus propios actos pueden influir a que sea para bien o para mal. Otras veces, en cambio, tu no tienes culpa y no puedes hacer absolutamente nada para que todo se quede como está. Así es la vida y en ningún momento puedes culparte a ti mismo por ello, no busques culpas ni excusas es perder tiempo de una manera inecesaria e incoherente, en definitiva es perder tu tiempo buscando absurdas explicaciones a algo que no las tiene, algo que pasa por el transcurso natural de la vida.

Hay otras veces en que tu mismo debes proponerte cambiar, está bien eso de que cada uno es cómo es pero cuando ves que tu vida se desmorona y que le falta sentido y motivación es que algo haces mal o que hay algo que debes cambiar.
Pero no es tan sencillo, para poder cambiar esas pequeñas o grandes cosas que afectan negativamente a tu vida hace falta mucho valor y muchas fuerzas, pero a veces tu ánimo no da para tanto, nadie puede ser en realidad tan fuerte como para hacerlo por uno mismo sin la ayuda y apoyo de otros. Aunque a veces son tantas las ganas de ver esos cambios en tu vida y de querer hacerles frente que te antepones a cualquier adversidad sin importarte nada, con tu propio esfuerzo y sufrimiento diario de hacer por ti mismo la labor de intentar cambiar todo aquello que interfiere en tu vida. Esa gente es muy fuerte, ya porque sean así por naturaleza o porque lo pasan tan mal que tienen que hacerse los fuertes y luchar por todos sus objetivos, sea como fuere se merecen todo mi respeto.


Yo ya estoy en una situación parecida, muchas veces lo intentas con todas tus fuerzas y logras todo aquello que te propones, ese momento en el que ves echo realidad todo aquello que querías es magnífico, es indescriptible la sensación de alegría que sientes en esos momentos. Pero al final por un motivo o por otro todo vuelve a ser como antes y te encuentras sin esperarlo con que tienes que volver a hacer todo ese esfuerzo diario y constante para volver a tener algo que ya habías logrado, la sensación que se siente en ese momento es de una indignación total y enfado contigo mismo, lo cual no tiene sentido porque si la culpa la tiene alguien no es ni mucho menos por tus errores ya que cuando luchas tanto por algo y lo consigues lo último que quieres es perderlo...
Como decía yo ya he pasado todo eso y ahora tras lamentarme por lo que conseguí y acabé perdiendo me toca volver a sacar fuerzas y ánimos de donde sea para volver a intentarlo, no es la primera y, por desgracia, me da la sensación de que no será la última vez que lo tenga que hacer.

Y qué contra que lucha alguien tan joven como yo? Que cosas quiere cambiar?
No son muchas, pero unas pocas cosas y unos pocos errores acaban afectando a toda tu vida de una manera que jamás pensarías que te pudieran afectar tanto.
Cosas como mi actitud cobarde ante la gente, cosas como el miedo contante que tengo hacia otras personas, cosas como dejar de culparme a mí mismo cada vez que fracaso en algo...
No pretendo eliminar de mi vida todos esos miedos pero sí intentar llevarlos lo mejor que pueda para no estar muerto en vida cada vez que algo de esto me afecte mínimamente.
Se podría decir que mi único objetivo es aprender a vivir de una vez, pero claro eso depende de muchas cosas....


miércoles, 1 de febrero de 2012

Mi persona se desprende y oculta mi ser

Puede que en mi día a día esté descolocado por no poder demostrar tal y cómo soy pero también en gran parte por no tener con quién compartir mi verdadera forma de ser, gestos románticos y tiernos ya son raros hoy en día y si es por mi parte después de estar tanto tiempo actuando de una manera tan pausada, tranquila y poco cordial lo sería aún mucho más. Ahí reside mi angustia y mi miedo, no poder demostrar cómo realmente soy en el fondo. Es una lucha contra mí mismo, una de las tantas que he mantenido pero que sin duda es la que más me afecta día a día por eso a veces puede parecer que estoy demasiado callado, pensativo y angustiado.


Después de tanto ofrecer una mirada fría y un silencio por respuesta llega un momento en el que te encuentras perdido y empiezas a creer que tú ya no eres como antes, que has cambiado. Pero cuando en tu cabeza resuenan lo que tú dirías y harías en cada momento es cuando te das cuenta de que no es así, te das cuenta de que tú no has cambiado nada respecto a lo que eres como persona. Comprendes que ese miedo que te atenaza y no te permite actuar y opinar como quieres es el que debes derribar sí o sí para poder continuar con tu vida. Soy como un pájaro atrapado en una jaula sin poder salir. El pájaro soy yo y la jaula representa el miedo que me deja inmóvil, apartado y fuera de mí mismo. Al igual que el pájaro no puede salir libre a volar y se conforma con su pequeño mundo, un mundo que no quiere porque no puede volar libre,  yo me conformo con tener una pequeña parte de libertad que aprovecho para romper esa jaula metafórica que me atrapa y no me deja libre. Pero no es tan fácil, después de tanto tiempo enjaulado como decirle a la gente que conoces que realmente eres otra persona? Pero la verdad es que eso con el paso del tiempo cada vez me da más lo mismo, si quieren lo aceptarán y si no pues no me importa ni lo más mínimo, porque una vez que ves el miedo en tus ojos, la angustia constante de no poder salir de esa jaula y no tener ni la más mínima libertad cuando estás bajo esa presión ya te dan exactamente lo mismo las consecuencias, lo único que quieres es ser libre.






Pero nada es para siempre, un miedo que no se supera y que finalmente acaba desapareciendo es por la probabilidad de que se pueda generar un miedo aún mucho mayor del que ya tienes.
Ya solo puedo remar en una dirección, toda mi vida gira entorno a ello...
La cuestión ya no es esperar el momento idóneo, ni buscar un revulsivo a dicho problema y ni mucho menos tratar de evadirlo considerándolo un problema menor.
Está vez no, está vez se acabó. Seré muy consciente de cada paso que de, sin darle importancia a los fracasos que puedan surgir en el largo camino hacia mi propia libertad.

A veces puedo no ser feliz pero valoro lo que ello implica

No soy feliz, es un hecho, una realidad. No tengo una racha en la que me encuentre especialmente bien animícamente durante mucho tiempo. Tengo muchos altibajos propios de la adolescencia pero no sólo es eso a ello se le añaden más problemas que aunque trate de inhibir resulta complicado. Problemas por los cuales lucho cada día por superar pero en los que nunca logro avanzar. Aunque realmente no es así, lo que pasa es que cada paso que das muchas veces te hace retroceder varios metros más atrás, lo cual te deja descolocado y sin ganas de seguir adelante. Pero claro, lo que nunca contemplas en tu visión de las circunstancias es que, muchas veces para seguir avanzando respecto a algo hace falta retroceder varios pasos atrás para poder avanzar después.





Muchas veces soy absoluta y completamente feliz pero otras sin embargo, se me cruza el cable, algo en mi mente se descontrola y tomo un aire pensativo y enigmático desde el punto de vista de los demás. Esto es producido por el fracaso y decepción constante que conlleva luchar por algo que nunca llega a surgir, por algo por lo que supuestamente estás luchando pero no logras llegar a cumplir del todo.

Yo ya llevo demasiado tiempo acarreando fracasos y más y más fracasos, promesas que me hice a mí mismo y que cuando ya estaba a punto de hacer realidad abandoné. Muchas veces esos altibajos que mencioné antes pesan demasiado a la hora de intentar lograr algo por ti mismo ya que es algo, una lucha interna, que los demás no conocen y que tienes que sacar adelante por ti mismo.
Pero aún así, no todo es malo... De esto aprendo mucho, yo siempre digo que en la vida cada acto que cometes al igual que cada fracaso que surge en tu lucha te sirven de algo. Aciertos y errores van de la mano cuando se trata de aprender. Aun estoy formándome como persona pero vivir desde una edad tan temprana sentimientos contrastados día a día me lleva a ser alguien más reflexivo, más maduro, más sensible y alguien muy comprensivo con los problemas de la gente. Eso es algo que tengo que agradecer a miedos, esos que me hacen mantener una lucha interna conmigo mismo día a día, como si estuvieran echándome un pulso a una personita que aún no ha surgido a la luz, sin darme cuenta, que mientras se está formando otra con muchos puntos a favor vistos de la parte humana y sentimental que puede ofrecer una persona a las demás personas y así mismo. Desde luego, todos aquellos que dicen que los chicos son muy simples es que no me conocen a mí....






Pero sabéis qué? Por extraño que pueda parecer, nada de esto me preocupa. He estado muchas veces muy cerca de conseguir lo que he querido, otras lo he conseguido pero en mucho más tiempo del que me pudiera imaginar, pero no importa. Nunca es tarde si la dicha es buena. Además si cada fracaso en mi lucha interna me ayuda a progresar bienvenido sea porque eso significa que algo hice mal y que la próxima vez debo intentar que no se vuelva a repetir para lograr lo que me proponga.
 Si algún que otro día estoy un poquito cabizbajo por esto y por mis continuos cambios con mirar hacia delante y echar la vista atrás me es suficiente para seguir luchando. Llegó un momento en el que por errores propios evidentemente, ya no importa el camino sino la bendita y ansiada meta, pero sin olvidar todo lo que he ido aprendiendo durante el camino gracias a aquello por lo que luché, gracias a aquello por lo que lucho y gracias a aquello por lo que un día luché.